La autora esparce con su pluma un color tornasolado, entre místico, como los antiguos Koan japoneses, y expresionista, al mejor estilo Antonio Porchia.
Es indudable y meritorio el trabajo que la escritora realiza para hacer de unas pocas palabras un mundo inabarcable.
Cabe destacar que la fuerza de la naturaleza cobra una parte medular en la producción presentada.
Autora de suma exquisitez literaria.