En este libro la autora espera poder ofrecer algunas conclusiones útiles para seguir comprendiendo la relación que tienen el tema de la mujer y del hombre, de lo femenino y de lo masculino en general, con el de los valores morales que “categorizan” los modos de convivencia. También espera poder aportar ideas acerca de por qué la crisis de valores “toma” como uno de sus argumentos privilegiados el papel de la mujer.
Para hacerlo considera numerosos ejemplos históricos y culturales y con fundamentos psicoanalíticos profundiza en las teorías acerca de lo femenino y de lo masculino de autores tales como Freud, Weizsäcker, Erikson, Fenichel, Klein y de los argentinos Arminda Aberastury y Luis Chiozza.
De ellos y de una precisa descripción de la anatomía y fisiología de los órganos genitales, extrae conclusiones que rebaten algunas ideas establecidas en torno al desarrollo de la mujer y el hombre.
Considera que lo masculino y lo femenino del conjunto viviente solo pueden desarrollarse en la interacción que da lugar a la creatividad, adentrándose en el desarrollo acerca de la receptividad en el varón y en la mujer, la penetrabilidad en la mujer, la penetratividad en el varón y la inclusión en ambos. 
Todo esto queda centrado dentro de la crisis de valores actual, que muestra la necesidad de modificar nuestra manera de ver el mundo a fin de dar lugar a la generación de una nueva conciencia más integrada.
Finalmente encontramos un apéndice, donde la autora junto a Pascual Bianconi, su esposo, también psicoanalista, interpretan el sentido del olfato apoyándose en la teoría psicoanalítica y abrevando en literatos como Proust y ensayistas como Ackerman y científicos como Lewis Thomas, entre otros.
Luego de estudiar la anatomía y la fisiología del olfato señalan su conexión con los recuerdos afectivos más intensos y el periodo fetal, indicando también porque es hoy en día un sentido muy relegado. Algo que cobra más importancia en esta época en que el sentido del olfato es afectado por el Covid 19.