He aquí un testimonio, en primera persona, sin rodeos, un relato que siendo imaginado roza los límites de la realidad. Una mujer, simple, sin una vida escabrosa, trabajadora, mamá soltera de dos hijas cree que es hora de encontrar pareja. Busca ese príncipe azul, ese compañero soñado, y sumida en ese sueño, cuando el príncipe la besa, despierta a una realidad funesta y oscura…
En el transcurso de la relación cae en la cuenta de que su príncipe es un hombre manipulador, violento, sometedor, y ya es tarde para escaparse. El terror la congela y la paraliza. No sabe qué hacer.
Decidida a desprenderlo de su vida, y gracias a un error que él cometió, logra sacarlo de su vida, pero no de su mente. Ella caminaba en esa fina línea que separa la locura de la cordura. Hasta que sin pensarlo demasiado y creyendo que iba a recuperar su vida normal, decide matarlo, matando así también el poco juicio que quedaba en su cabeza.