La relación existente entre el Hombre y el Tiempo no hacen más que enfrentar al humano con su propia conciencia de finitud. Un oculto y sigiloso “susurro” indicador de que no ha de ser su vida, sino un Tiempo “Otorgado” en el Tiempo. Este “aprieto” existencial expone a la Ilusión como la necesaria abstracción de su “condena”, y al Amor, como natural substrato de toda ilusión. Pero, en cuanto al amor hacia un otro, la obra intentará reivindicar el sentir por fuera de toda Idea perpetrada sobre la natural facultad de amar y expondrá, cuánto a lo largo de la historia del Hombre; su sentir, su más virgen sentir, se ha visto ultrajado por las embestidas de la razón, por idealizaciones, por mandatos históricos y por un deliberado estrangulamiento jurídico, instituido por la maliciosa Idea del Matrimonio.
De los tratados sobre el tiempo libre y el tiempo obligado, se deduce que sus estados de paz interna, felicidad y salud, se verían condicionados por el fracaso del “Hombre Tiempo”, por la injusta forma en que vive su efímera existencia; “abocado a producir” olvidándose a sí mismo. Tratando, a su vez, no solo aspectos como los de la felicidad y el dinero, sino otros tales como los del alma, la aceptación del dolor, la justicia humana, la familia, la amistad, la libertad, el destino, Dios, la necesidad de creencia y la fe; como ese compuesto que nos ha sido provisto como paliativo ingénito hacia los males del mundo que habitamos y los tormentos de la conciencia humana.