Lo importante no son las experiencias,
sino lo que uno hace con ellas.
J. L. Borges
 
 
¿Todo lo que nos ocurre tiene un sentido? ¿Hasta dónde podemos incidir en nuestro destino? ¿Debemos aceptarlo —como dharma— para alcanzar cierta paz y, tal vez, acaso, la felicidad?
 
Nina, brasileña, emprende un viaje a la India, deseosa de olvidar un pasado perturbador y retomar las riendas de su vida. Un fotógrafo argentino, Pedro, viaja al subcontinente para concretar un proyecto junto a Noah, escritor y periodista israelí. Mientras Noah ansía sanar traumas de guerra, Pedro lucha contra sus fantasmas personales.
 
Pero la India recibe a los peregrinos con sus propios planes. Al trío de viajeros se suma Vishnu, un hindú que Nina conoce apenas llega a Mumbai y que le transmite tradiciones del Oriente ancestral, misteriosamente cercanas a su alma. Ciudad tras ciudad, los viajeros descubrirán un pueblo de costumbres fascinantes. La caótica Delhi, la Mumbai de Salman Rushdie, los espejismos de Chand Baori, las cuevas de Ajanta y Ellora, el exotismo del Rajastán destilan aromas, sabores y colores que no dejan de sorprenderlos. Cuando los cuatro caminos confluyan en Varanasi y el Ganges inmortal, cada uno llevará una ofrenda para encontrar el sentido de su propia búsqueda. 
 
Las palabras de Borges, así como las de Gandhi y Buda, tienen en Camino a Varanasi un eco lejano, que la autora nos acerca en la forma de esta novela entrañable, proponiendo una maravillosa aventura del sentido y autoconocimiento.