CUIDADO SALUD Y MASCULINIDADES
EL NO CUIDADO DEL VARÓN UNA CONSTANTE
“Ya va pasar. No voy al hospital, te descubren algo y te internan.”
“Yo me arreglo solo. Tomo esta medicación que me recomendó mi amigo Juan.”
“Me la banco solo y no voy.”
Puede ser que la mujer que acompaña le exija al varón que vaya al médico o termine acompañándolo.
Existe pues una suerte de miedo y autosuficiencia: el todo lo sabe, todo lo puede. La cultura de “aguanta así te haces hombre” que tanto nos juega en contra. Los mandatos masculinos que hacen mella nuestra salud psicofísica.
La automedicación característica de las personas que no recurren preventivamente al sistema de salud (básicamente los hombres).
No nos autocuidamos, ni cuidamos la salud familiar que queda a cargo de la mujer de la casa (madre o compañera).
“Mirá acá la plata la traigo yo, así que yo digo en qué usarla.”
“Te queda muy corta esa pollera para ir a trabajar no?”.
“Dónde estabas ayer entre las 18 y 20 hs. Te mandé tres wasap y no contestaste.”
Todas son formas de no cuidado hacia las personas que nos rodean.
En estos casos ser hombre implica ser propietario de la pareja, de la expareja, de lo/as hijo/as. Esto conlleva consecuencias en la salud psicofísica de hombres y mujeres.
Este tipo de masculinidad hegemónica autosuficiente, protectora/controladora, proveedora y reproductora en el medio urbano está en aprietos. Ya no tiene lugar, agoniza…
Está muriendo o ya se murió. Como en la vida mientras algo muere, algo nace.
¿Está naciendo otro tipo de masculinidad? Entiendo que sí, son tiempos de transición. Pero me animo a decir que serán tiempos mejores.