Después de haber efectuado otro de sus habituales paseos por la Ciudad, la juvenil y solitaria Florencia Faerman, regresa a su domicilio y se encuentra con una Esquela que le ha dejado su amiga Lucrecia Menfer. Embargada por la curiosidad, ella acude entonces hacia el domicilio de la Ingeniera Civil que recién ha regresado desde los Estados Unidos junto con sus propios padres. La joven profesional, que tampoco nunca tuviera la intención de haber ejercido su importante y legítimo Oficio, le plantea a su amiga, que emprendieran un negocio juntas. Pero, en caso de que Florencia no aceptara, ella retornaría entonces hacia los Estados Unidos.