En Yo, a los cincuenta creo que no hice más que contarme a mí mismo, quién soy, quién fui, qué hice, con qué cosas estoy conforme, con cuáles no tanto, y recordando y contándoles a todos mis experiencias de vida, fue como un darme cuenta de cómo viví estos primeros 50 años.Repasando en mi mente todo lo que había escrito en el libro me vino una sensación, un pensamiento de que en definitiva ese que escribía era una persona mezcla de melancólico, emprendedor, irónico, quejoso, nostálgico, luchador, de buen humor, de carácter complicado y a su vez un tipo simple…Seguramente recorrer la vida de cualquiera de nosotros nos enfrentará a recuerdos lindos, no tan lindos, experiencias positivas, negativas, pero lo interesante de la narración o la descripción de los hechos está en el cómo la contamos.Creo que el libro nos permite llegar a dos conclusiones o dos finales: uno leer, conocer, entender mi vida especialmente a través del recorrido, experiencias y anécdotas vividas y la otra que cada uno que lea el libro lo lleve a hacer el mismo ejercicio en su interior, que cada uno sienta o se haga la misma pregunta que me hice yo hace tres años cuando cumplí los 50 y que quizás sin tener que escribir un libro, piense, repase todo lo que hicimos y quiénes fuimos…… tenemos que dejar por hoy …