Karina Morduchowicz tiene 50 años. Escribe cuentos y acaba de publicar Caminar, su primera novela. Interpreta piano, flauta traversa, saxo y compone música. Cuando tenía 20 años recorrió durante casi dos años Sudamérica. Más adelante viajó a Londres donde, entre otras actividades, complementó sus ingresos trabajando como flautista callejera durante seis meses. En esa ciudad tocó la flauta solidariamente por iniciativa personal en una cárcel de reclusas latinoamericanas.A los 29 años tuvo un accidente. Por los daños cerebrales sufridos estuvo dos semanas en coma. Vivió dos años internada en una clínica neurológica donde la atendieron por diversas secuelas, entre ellas, la pérdida del habla durante casi un año. A partir de su rehabilitación y su egreso de la clínica se entregó nuevamente al arte: retomó la escritura literaria, la interpretación instrumental y la composición, como antes del accidente. Tocó en forma solidaria el saxo, esta vez para los pacientes de la clínica donde había estado internada.Desde entonces, Karina agregó a su paleta de inquietudes artísticas la pintura, a la que también se dedica desde entonces.