Hay muchos pasajes en la Biblia que tratan con la “enfermedad” y la “sanidad”, “esclavitud” y “liberación”, “muerte” y “vida” pero, hay un libro en particular - el libro de Job - que, como ningún otro, muestra, por un lado el sufrimiento humano y la enfermedad, y por el otro, la liberación y la sanidad, relacionando estas experiencias (sufrimiento, liberación, enfermedad y sanidad) con un trasfondo espiritual y una participación humana.¿Qué significa “trasfondo espiritual” y “participación humana”? El libro de Job, en un relato sin atenuantes, despliega a las dos fuentes espirituales que conforman un mundo espiritual, el cual es, conceptual y prácticamente, indivisible de la experiencia humana.Conforme a cómo la humanidad comprenda, participe y aun siembre en cada una de estas “fuentes”, así será la cosecha en la vida de cada persona. Ahora bien, ¿Cómo participa cada hombre o mujer en relación con estas fuentes? A través de su conocimiento o ignorancia y de su creencia o incredulidad.Vivimos un tiempo donde es posible buscar y encontrar la voluntad de Dios y, consecuentemente, conocer y creer. También podemos mantenernos ignorantes del mensaje de Dios y optar por un estado de incredulidad frente a las verdades de un mundo espiritual que, aunque no veamos ni toquemos, existe y se manifiesta, momento a momento, a nuestro alrededor. De manera clara y simple, las Escrituras nos dicen:“No quiero, hermanos, que ignoren los asuntos espirituales”El llamado no es para uno o unos pocos… es para todos.Entonces, la pregunta es ¿Para qué ignorar cuando conocer está disponible?No ignore los asuntos espirituales de la vida que dan el sentido que puede estar buscando.Conozca y después, haciendo uso de su plena libertad, elija lo que crea mejor para su vida.