Encontrar sin buscar es como hallar algo por intuición. Está justo allí en el lugar correcto y el momento oportuno. Algo así pasa con estos cuentos, donde la Patagonia puede decir algo de su entrañable misterio, su sabor mágico, su temperamental carácter. Este lugar, lejos de todas partes y cerca de ninguna quiere mantener a toda costa su pureza. No importa lo lejos que se esté. Ella desea ser conocida y utiliza muchos recursos. En este caso, la visión de este observador que sinceramente cree que puede cooperar a través de lo que percibe y se atreve a publicar en estos cuentos que, son apenas destellos de un inmenso y luminoso contenido de esta región argentina tan especial. Ha espiado por la rendija de la puerta de acceso con sumo respeto esta notable geografía, de alguna manera sintió que era invitado a entrar y lo hizo. Su sorpresa fue mayúscula. No solo vio el paisaje de belleza abrumadora, también conoció a su gente, aprendió a gustar de los mates y las historias de los hombres de campo en los fogones. A entender algunas experiencias propias increíbles pero que sí le pasaron y las cuenta. Sintió la presencia de la mística mágica del Chaltén, del Glaciar Moreno. Del grito de dolor de los fusilados en la Estancia Anita en la rebelión de la Patagonia trágica, año 21. La voz de los Tehuelches, silenciada en la historia.De amores, sueños, alegrías, lágrimas, sangre, misterio, mágicos aconteceres que a veces se escapan de este mundo. De esto es lo que se trata en este libro.Sergio Pellizza