En tiempos de egoísmos tan extremos; en momentos, en que “el otro” se ha perdido, resulta indispensable una mirada hacia atrás…, en busca de nuestros símbolos, de nuestros héroes de origen.El combate entre Justo y Pathenay, las proezas de Calandria, aquella resistencia del Lisandro de la Torre, la dulce evocación de mi niñez… retornan del pasado como imágenes eternas, que me recuerdan quien soy…; que me señalan el rumbo, si es que acaso lo he perdido; que me muestran el camino con mi madre como guía…; su palabra, su cariño…, que me conducen a Dios.