Comienza 1950, año del Libertador General San Martín. Con veinte años de edad, Emilio es llevado al norte argentino y desde ese momento aspectos poco conocidos de la historia del país lo atravesarán varias veces, torciéndole la vida, marcada por la pérdida de un amor que intenta recuperar durante un viaje que transcurre por bosques de quebrachos y humedales formoseños, calles empedradas de Asunción del Paraguay y la geografía plana del sur cordobés, en un thriller ágil que mantiene el interés permanente del lector.
Si el destino existe, no parece estar predeterminado completamente. Como en el bote arrastrado por un río manso, el ser humano podrá dejarse llevar por la fuerza del agua, sin interponerse, o tomar los remos y alcanzar la costa. Emilio lo intentará, en su búsqueda permanente.