Alejandro Rojo Vivot (1950) desde su adolescencia temprana comenzó a desarrollar su humor en pequeñas comedias escolares, que fueron bien recibidas en acotados círculos, a lo que a los pocos años se sumaron asiduos artículos sobre todo relacionados con problemas sociales como, por ejemplo, el hambre, el déficit habitacional, la deserción escolar, la desocupación, los aborígenes, las personas con discapacidad, la infancia en riesgo, etcétera.A veces, en algunas publicaciones le objetaban que los lectores se confundían y desacreditaban los contenidos serios pues pocas páginas después firmaba humoradas políticas.Pronto se doblegó para salvar las dos alternativas de expresión, por lo que, ambiguamente, durante unos pocos años se escudó en diversos seudónimos todos fácilmente reconocibles, seudo velando lo que casi nadie dudaba contentando a los editores.Las décadas se sucedieron con numerosos ensayos, artículos y conferencias, conviviendo con el humor en forma independiente y, a veces, entremezclado explícitamente.A sus libros Vivotcionario, DisHumor (coautor) (tres ediciones) y Aquel. Humor en pocas palabras, se suman más de cien artículos publicados de la serie Humor, política y afines y numerosas contribuciones periodísticas en este sentido.También ha dado conferencias referidas al humor, decepcionando a parte del público que asistió por suponer erradamente que el humorista únicamente intenta hacer reír a los demás y nunca reflexionar seriamente sobre el enigma llamado humor.¿Es posible que un individuo relativamente parco, muchas veces con funciones laborales de responsabilidad, que casi nunca cuenta chistes aunque sí se le escapan asiduamente comentarios risibles, dedique una parte considerable de su tiempo a estudiar sobre el humor y escriba humoradas algunas medianamente graciosas? Sí.El humor, esencialmente, apela a la economía, a la síntesis, al bosquejo, aunque haya extraordinarios ejemplos en sentido inverso.Lo breve le agrega una considerable complejidad a la creación humorística. Es un desafío extra que de salvarlo acrecienta el valor del resultado.Por suerte, en cuanto a qué es el humor es una cuestión abierta y contradictoria. Eso lo hace más estimulante y divertido.