En esta obra, la que consideramos el mayor aporte de su exegesis alrededor del destino manifiesto que Juan Bautista Cincunegui dejo establecido como condición necesaria para lograr la verdadera refundación de la República Argentina en el sementero de grandeza de Nación prominente al servicio del ser humano ético, inteligente, solidario, profundamente espiritual y solidario, capaz de redimir a la sociedad del Dios todo poderosos creador del cielo y de la Tierra para alcanzar la vida en libertad y con alegría de vivir y ser bendecido por ello.Argentina, por fin va a remontarse al sueño programado por los ilustres compatriotas Moreno, Sarmiento y Juan Bautista Alberdi, junto a la Generación del 80, que programaron una ilustre cosmovisión del estado moralmente organizado que fue ultrajado por el populismo salvaje, autoritario, y dilapidador a partí de aquel fatídico Cuartelazo de 1930 que pronto dio paso al equívoco fraude de una plebe inorgánica, resentida y vergonzosamente ventajera e ineficiente con Juan Domingo Perón a su cabeza, el cual gobernó al país como si fuera un unicato castrador que ahogo todo tipo de posibilidad para establecer un diálogo institucional atado a la realidad del conjunto de los pueblos serios y respetables de la tierra.No sirvió para nada el régimen del bipartidismo que acompaño la ineficacia del peronismo, con un sesgado pronacionalismo de discurso que jamás plasmo la forma de superar el agónico precepto “que se rompa pero que no se doble”.No pudo Arturo Frondizi salvaguardar al país extraviado en declaraciones nada más que semánticas en las cuales coincidían fuerzas armadas que se consideraban custodios de la nacionalidad, junto a radicales sin rumbo que las acompañaron siempre en sus permanentes destituciones institucionales.Nuestra propuesta es conformar una sociedad humana seria, con conductas de convencimiento firme, solidaria, inclusiva económicamente y no extractiva, y sustentable, basada en el progreso, la ciencia y la tecnología aplicada, adecuada a los progresos del Siglo XXI, con gran respeto hacia la sana competitividad surgida de los mejoramientos incorporaos a la producción y los siguientes proceso ulteriores.Creemos y propiciamos el progreso de la raza humana y del mandato de Dios, de que debemos crecer y multiplicarnos, siendo fieles cultores de la paz y de las negociaciones de la misma forma que Schumpeter fue partidario de la “destrucción creativa”.Por todo ello, hemos incorporado a este libro todo tipo de idea y conocimiento directivo para enriquecer el conocimiento de nuestra predica.