En Estancia La Ventura, su origen y su historia, Luis A. Vedoya reconstruye la vida de Nicolás Jurado y sus hermanos, pioneros del campo argentino desde 1850.
El libro nos muestra el proceso de consolidación del país como nación agropecuaria, ligado en su esencia con la cultura del esfuerzo y el sacrificio, todo entrelazado con el choque de civilizaciones que significó el encuentro entre criollos y nativos.
Nicolás, bisabuelo del autor, fundó la estancia La Ventura aprovechando el proceso de pacificación de la Confederación Argentina y de las llanuras pampeanas más allá del río Salado, frontera donde florecían las oportunidades.
Sin embargo, era época de fortines y conquistas militares; de malones que, si bien ya no eran tantos, su amenaza se respiraba a diario. Para el cristiano, cada madrugada podía significar cruzar su camino con un puñado de pampas en busca de huincas para degollar, de ganado para apropiarse y, de ser posible, de alguna cautiva.
Para comprender esta epopeya en toda su dimensión, la historia de La Ventura recoge la genealogía de la familia Jurado, remontándose al primer miembro documentado, allá por 1100; de las familias Rospigliosi y Saveli desde el siglo XIII (con tres papas entre sus miembros); y de los Torres y de los Corvalán (con gloriosas gestas militares en España y bajo el mando del Gral. San Martín y del Brig. Gral. Rosas).
El fino relato que nos brinda el autor está siempre basado en documentos históricos, intercambios epistolares que datan de 1856, artículos periodísticos, publicaciones de terceros y narraciones orales, lo que le da a este libro carácter de relato histórico y fuente de consulta.
Con Estancia La Ventura y Milochosetentidos, padre e hijo comprenden la historia de la odisea de una familia que acompañaba en sus albores al Cid Campeador y termina en La Ventura, situada en nuestra gran Pampa húmeda.
Historia y ficción. Son extremos, pero que en contadas ocasiones pueden ser exactamente lo mismo.