CARLOS COLL | Nací un 30 de septiembre de 1947 en la casa de mis abuelos paternos, en el barrio porteño de Barracas. Mi niñez transcurrió entre un abuelo fileteador de carteles , un padre enamorado de la técnica textil, una madre y abuelas que vivían para mí y tíos solteros dedicados al arte: uno pintor, otro actor de circo y la tercera, una pequeña, casi de mi edad, que jugaba a las muñecas conmigo como si yo fuera su bebote.A pesar de haber pasado mi adolescencia en un ambiente muy cercano al arte, estudié en la Universidad de Buenos Aires y me recibí de Ingeniero Químico en el año 1974. Año en que me casé, un 7 de diciembre, con mi compañera con la que sigo recorriendo la vida. Tuvimos cuatro hijos, dos varones y dos mujeres y hoy, tengo seis nietos.Trabajé toda la vida como Ingeniero en el área comercial hasta jubilarme hace tres años. En los últimos tiempos como Gerente de Comercio Exterior, lo que me permitió recorrer el mundo: América Latina, Europa, Estados Unidos. Hoy comparto con una de mis hijas un emprendimiento, nuestro sueño, un Instituto de enseñanza del idioma Inglés. La inquietud artística nunca me abandonó. Estudié teatro con grandes maestros, desarrollé la actuación y, posteriormente, la enseñanza de esta disciplina y la dirección actoral. Hoy tengo un grupo de teatro y radioteatro con el cual trabajamos intensamente presentando diferentes espectáculos. Me dediqué simultáneamente a la pintura al óleo en la que sigo desarrollándome. Al mismo tiempo me atrapó la escritura a la que me dedico afanosamente. He escrito tres novelas e infinidad de cuentos, algunos de los cuales han sido publicados.Pienso que con el teatro, la pintura y la escritura avanzamos de la mano y al unísono. Una junto a la otra sin poder separarnos. No existiría la una sin la otra. No existiría yo.