Pablo Curino nació en Capital Federal y a los cinco años decidió cambiar el rumbo de su destino mudándose (junto a sus padres) a Winifreda, donde residiría durante una década.
Neurocirujano de profesión y escritor aficionado, entre sus antecedentes cuentan haberse sacado un diez en sexto grado en la redacción tema: “la vaca”. Publicar algunos cuentos perdidos en ciertos libros comunitarios. Por lo menos seis novelas imaginarias que solo existieron en su cabeza y por lo tanto nunca vieron la luz.
Luego de una concurrencia de dos años en un taller literario y de denodados esfuerzos de su profesora Elsa Calzetta, he aquí su primer intento de novela.