Enrique César Pérez Julián nació el 2 de marzo del 1942, por supuesto en el barrio de Villa Crespo, al que considera origen de toda la humanidad, creyéndose él mismo uno de los fundadores mitológicos anterior al 1900.
Obviando semejante alienación y pedantería, se lo puede considerar como un enamorado de su barrio (tal como él lo recuerda e imagina) y de su ciudad, Buenos Aires.
Primero de joven y luego por trabajo, moviéndose en el Centro, hizo que tomara la “carrera” actoral, luego de dramaturgo y de director; de obras como “Así que pasen cinco años” de Federico García Lorca y tres obras suyas ingresadas en la SADE, “Dos señoritas formales”, “Las novelas ejemplares de Cervantes” y “El lazarillo de Tormes” con la que a través de la Secretaría de Cultura de la Nación, recorrió el País desde Misiones a Tierra del Fuego, y en Buenos Aires fue puesta en el Teatro Alvear.
Luego devenido en empresario, desde siempre deportista, futbolista, basquetbolista, pelotaris y náutico (y simpatizante del Cabernet…) ¿Cómo calificarlo con un solo sustantivo?
Ahora, hombre mayor, sigue confesándole su amor a Buenos Aires y a su barrio, en prosa y verso.