Utilizando a un bebé como vehículo de comunicación para llegar a cada padre, la autora presenta diversas situaciones que se puedan generar ante la noticia de un hijo con sordera. La búsqueda de la autora es llegar a mostrar que las emociones son absolutamente válidas, que podrán diferir entre las que pueda sentir la madre, el padre o los hermanos, pero todas se unifican en el amor hacia el recién nacido y el temor de no saber qué hacer. De manera simple se van presentando situaciones complejas que permiten al lector llegar a la mayor profundidad de comprensión sobre lo que el otro pueda sentir, con el fin de que el conocimiento de lo que pueda suceder, conlleve a una disminución de los propios temores que puedan aparecer.