El desafío de estas líneas es que quienes no son hombres del derecho, pero sufren los procesos sucesorios, entiendan como la costumbre forense creó y el recientemente sancionado Código Civil consolidó un sistema que se descarga, sin ninguna utilidad, sobre las espaldas de los herederos y complica innecesariamente la transmisión de los bienes recibidos.Por otro lado, entender estos temas no es materia complicada –que se la pretenda complicar es otra cosa bien distinta– y más que accesible a cualquier lector. Espero que también les sirva a doctos y letrados para que terminen de entender que muchos de los conceptos absorbidos en la universidad y a lo largo de la práctica profesional no son más que la repetición de nociones absurdas, carentes de toda racionalidad.