El vasco no solo fue el jugador que dio la vuelta olímpica en el Estadio Azteca con la camiseta Argentina, hablar del vasco es también hablar de un tipo bonachón, siempre sonriente y sin una mínima dosis de mala fe. Me di cuenta que decir Saladillo es decir Olarticoechea o viceversa, en cualquier lugar del país o del mundo.Saladillo tiene el inconmensurable privilegio de que un hijo dilecto suyo, represente muy bien a la ciudad. Aquí en estas líneas intento hacer un pequeño homenaje y regalo a alguien que tantas alegrías ha dado, espero lo disfruten.