Después del reposo que alivió el profundo cansancio que sentí una vez completada esa trilogía que me permitió testimoniar tantas cosas vividas comprendí que ese aguijoneo persistente por la ausencia del Otro, llenándome de preguntas sin respuesta, había sosegado su furia.Y entonces, otras voces interiores exigieron que contara sus verdades tal como ellas las experimentaron.De eso se trata este compendio de narraciones.De volcar esas historias en un papel tal como esas voces me las han relatado.De escribir sobre lo mismo de siempre pero de otra manera.Como las distintas facetas de un diamante vital utilicé los ojos de la inocente niñez, de la atemorizante oscuridad y de la pudorosa vergüenza en estos textos porque esas miradas ponen de manifiesto qué es lo que estuvo en juego a lo largo de los sucesos sobre los que intenté escribir.Trato de completar la tarea emprendida y así aligerar este viaje que ahora comprendo que es el último, el final, el más importante de todos.Se trata de una vuelta al origen.De transitar esta etapa que me lleva al sitio donde todo empezó.De retornar en paz al misterio del cual provenimos y que me convoca sutilmente como si me extrañara.Y a pesar de que siempre nos estamos diciendo adiós –aunque no lo podamos aceptar– estas líneas están consustanciadas con un tiempo de despedidas y de profundo agradecimiento a todas las estrellas fulgurantes que iluminaron y acariciaron mi alma a lo largo del camino.A ellas, con todo mi afecto, les dedico este libro.