Hace unos 200 años el naturalismo y la ciencia materialista parecieron demostrar la inexistencia de Dios. Desde entonces, la espiritualidad de Occidente ha venido declinando hasta haber alcanzado la decadencia que vemos actualmente reflejada en diversas áreas de la cultura y el pensamiento.
El darwinismo fue clave en este proceso, al haber declarado que el ser humano es un producto ciego y azaroso de un mecanismo llamado selección natural. Si el proceso evolutivo es ciego, tal como el darwinismo afirma, entonces el ser humano no es el propósito de Dios.
A partir de este reconocimiento, que está implícito en la ciencia desde entonces, el ser humano ha descendido a niveles cada vez más bajos de pérdida de su verdadera naturaleza: la de haber sido creado a imagen y semejanza de Dios.
Este libro propone mostrar:
• Que la ciencia no ha podido demostrar la inexistencia de Dios.
• Que, al contrario, cuanto más sabemos, más cerca estamos de Él, ya que descubrir las maravillas de la Creación es una forma de fortalecer la fe.
• Que se ha perdido mucho en la cultura humana al haber aceptado de una forma u otra, quizás pasivamente, el materialismo.
• Que el proceso evolutivo no puede ser ciego y azaroso.
• Que la fe y la razón nos muestran que el ser humano es el propósito de Dios.
Es el deseo del autor que este libro contribuya a fortalecer la fe de quienes se ven bombardeados por la propaganda materialista que ha penetrado nuestra cultura de las formas más insidiosas y que el contenido del libro les ayude a despertar de la alienación a la que nos conduce un mundo sin Dios.