Para progresar en el ajedrez, se necesita dedicación y estudio adecuado, si no se tiene un talento fuera de lo común. El autor, reconocido docente de la materia, apunta a eso y tiene la pretensión, de contribuir en forma amena, a que los aficionados a este maravilloso juego, lo comprendan mejor y puedan iniciar así, un camino de superación. Las recomendaciones generales forman parte de esta obra y entre los contenidos que abarca, se destacan lo relativo al desarrollo de las piezas, el valor del centro, la seguridad del enroque y del rey, así como los ataques contra el mismo y la importancia de ubicar piezas en puntos fuertes y en puestos avanzados, además de otras cuestiones notables. Para ello, se toma como excusa un viejo trebejo, que se le aparece en sueños al autor y le da consejos, muchas veces con humor y en ocasiones con dichos burlones, que reflejan crudas verdades, como cuando dice “Muchos creen que juegan como Alekhine, pero en realidad lo hacen como Arlequines”, expresión que tiene la idea de “herir” en el orgullo a los lectores, con el fin de motivarlos e incentivarlos para que estudien y progresen.