Wartjes argumenta que el problema en Latinoamérica es la mentalidad anticapitalista: el individuo, y en especial el emprendedor, tiene muy poca libertad para crear riqueza y empleo. Debe lidiar con altos impuestos y obstáculos burocráticos que imponen los Estados latinoamericanos. Sudamérica ya es la región donde las empresas pagan más impuestos en el mundo. La falta de libertad se evidencia en los rankings de Heritage Foundation y Fraser Institute. Además, en muchas universidades públicas latinoamericanas casi no se estudian las ideas de los economistas que llevan a la eliminación de la pobreza (Mises, Hayek, Rothbard, Friedman, etc.) sino, por el contrario, las teorías de los economistas que la multiplican (Marx y Keynes).
En la primera parte del libro, el autor describe la situación en Latinoamérica, caracterizada por el estatismo o idolatría del Estado. En la segunda, analiza el caso argentino ya que, a principios del siglo 20, Argentina era uno de los países más ricos del mundo, con salarios superiores a Alemania, Suecia, Finlandia, Noruega, Italia, España y Francia. Había libertad bajo la constitución de 1853, inspirada en el pensamiento de Juan B. Alberdi, el “Tocqueville” de Latinoamérica. En cambio, hoy Argentina tiene Estado de “Bienestar” (casi 7 de 10 ciudadanos percibe un ingreso del Estado) y gran parte de la población vive en la pobreza. El caso argentino demuestra como termina una sociedad que, en general, desprecia la libertad económica, sometida a presión tributaria asfixiante, inflación descontrolada, políticas de “redistribución” que saquean el bolsillo del trabajador, sistema de jubilación en bancarrota, gasto público desbordante, déficit fiscal, erosión de la ética de trabajo, expulsión de miles de empresas, delincuencia imparable, salarios de miseria y desempleo.