Hace unos nueve años aproximadamente estaba yo en una clase de inglés y a colación de lo que comentaba la profesora, agregué: “es que la mujeres somos una maravilla”, y un compañero junto a otros que adhirieron a su comentario respondió: “las mujeres son unas estúpidas, eso es lo que son”.
No había dicho yo nada que agraviara a ningún hombre. Me sonreí y pensé en el libro en el que estaba trabajando y aún estoy. Naturalmente alusivo.
Este año en una clase de literatura cuya consigna era la ciencia ficción y de ella la inteligencia artificial, un joven presentó una compilación personal del film Animatrix, que resultó un flagrante agravio a la condición femenina, y a modo de reivindicación escribí el cuento Prototipo P.E.S. (placer, entretenimiento, sensaciones), del que se me negó la lectura al igual que la calificación.
Mi respuesta es el presente libro.