En un libro escrito con inventiva poco común Diana Irene Blanco recupera un instrumento de comunicación casi olvidado: la carta. Los destinatarios de estas misivas son escritores entrañables y conocidos por todo buen lector: Julio Cortázar, María Elena Walsh, Pablo Neruda, Ernesto Sábato, Olga Orozco, a quienes se agregan seres de ficción como Martín Fierro y Don Quijote de La Mancha.Las cartas aportan anécdotas, rasgos personales y hasta datos biográficos de los personajes en un tono íntimo, sensible donde el lector se sentirá partícipe del clima cómplice y confesional de esta correspondencia con “Domicilio desconocido”.