Según Antonio Machado, el poeta tiene la creación como elemento común al de otros artistas pero se diferencia en que su materia, la palabra, no es materia bruta como el bronce, la arcilla y otras sustancias. Las palabras cargan significados de la humanidad y de hombres en particular y su visión propia del mundo. El trabajo de resignificación es por tanto arduo: hay que sondear el espíritu para configurar mundos nuevos donde todo parece ya dicho. Esta actividad, requiere de trabajo y mucho esfuerzo, pero lo gratificante es que nos permite liberar nuestro universo interior. Y si logramos dialogar, compartir, dar belleza, dejar leves huellas de nuestra esencia a través de las letras, ya será elevarnos, trascender, en síntesis: desnudar nuestras propias alas, desafiar al viento y definitivamente animarnos a volar.