Desmiembra el amor. Le hace la biopsia. No sabe si merece ser disecado. Solo trata de entenderlo, tanto para construirlo como deconstruirlo. Lo hace como puede: torpemente y a oscuras. Llena de búsquedas confusas, atraviesa el amor, las relaciones y el sexo a fuerza de palabras, verduras y pliegues. Se inspira y debate con mandatos y exigencias que se anclan en el cuerpo como tanga metida entre los cachetes. Así es Bombachas al sol, un ritual femenino que recorre la geografía íntima de puntillas, encajes y algodón, para dar comienzo a una transformación.