Dijo Nietzche: “No hay hechos, sino solo interpretaciones (...) El sujeto no es nada dado, es solo algo añadido por la imaginación, después”.
Somos no más (tampoco menos) que una ínfima parte de la existencia, e integramos este mundo en constante transformación. Adoramos dioses, y dejamos de hacerlo. Todo cambia. Intuimos una realidad cuyos pedacitos creemos ver asomar, pero la certeza siempre nos es esquiva. Vimos horrores y renaceres, y vemos... Sin embargo, seguimos y seguiremos. Porque vivimos la esperanza y, a pesar de los pesares, amamos la Vida. Porque todo es posible.