Mi nombre es Roberto Cardelle el Beto, Checonato, el Loco o el Boludo de los 70.
Nací en Piñeyro Avellaneda, provincia de Buenos Aires, en el milenio anterior.
Soy fruto de un amor peronista. Perón ganó las elecciones el 24 de febrero de 1946 y asumió el 4 de junio del mismo año. El 16 de febrero de 1947 llego a un lugar privilegiado del mundo: pasaje Virasoro 43, donde las casas eran de chapa y madera con jardín adelante y alambrado marcando la división de los lotes y la línea municipal. Con veredas de baldosas en bastones generalmente amarillos o rojos, zanjas donde las calas abundaban tanto, como el canto de los grillos y las ranas en las calles de tierra, donde los bichitos de luz alumbraban la noche.
El sarampión y la viruela andaban de la mano como los días de autitos de carreras, bolitas y rayuela. Un barrio de laburantes con almacenes y bares en las esquinas, bella época… Llegó el asfalto, el progreso, los ladrillos suplantaron los alambres y marcaron límites que empezaron a quitarle el aire de familiaridad a la convivencia vecinal… y ese, es precisamente el lugar donde vivía cuando se desarrolló parte del presente relato.