Nací en Salto, Buenos Aires, en agosto de 1977, en el seno de una familia trabajadora de clase media, y al amparo de dos hermanos mayores.
Llegue al mundo con una pelota de fútbol bajo el brazo, practique y jugué el deporte en Defensores, un club de mi ciudad.
Iniciado el segundo milenio emigre a Norteamérica, donde residí ocho años entre Toronto y Montreal (Canadá) pateando la pelota y viviendo del soccer (fútbol).
Ya han pasado trece años de esa vida, y el he aquí ahora me encuentra en el camino de Dios, en la obediencia a sus mandamientos, y en el cumplimiento de su voluntad; junto a este libro, dádiva dada por Dios, “para que sean consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento” (Col.2:2-3).