María Paula Villanueva es una escritora y Profesora de letras nacida en Bahía Blanca, Argentina.
El desarraigo ha sido una constante en su vida y, tal vez, el gran tema de su literatura.
Una decena de traslados durante su niñez ha dejado huella indeleble en su poética, la que vuelve una y otra vez a beber de las fuentes felices de los veranos en el campo familiar, o a la soledad invernal, cuando abuelos y familia grande se hallaban siempre lejos.
Ya casada y con tres hijas, casi como un karma o una profecía autocumplida, volvió a vivir en la perplejidad de los traslados y alejada de toda referencia conocida.
De Argentina partieron en “manada” hacia Sicilia, Italia, donde vivieron varios años. Más tarde, cuando Europa entró en recesión, buscaron nuevos horizontes y terminaron viviendo en Shenzhen, China, durante 10 años.
Su anterior libro, “La estela del incienso”, es una elegía al pasado y a la memoria; una metáfora entre aquello que para existir debe morir inexorablemente como el aroma de un sahumerio.
En esta ocasión acudimos a una poética cuyo eje es la migración y las heridas que deja cuando no ha sido un destino elegido.
Su vida enriquece su obra en tanto en Sicilia convivió con el fenómeno de los que morían por intentar arribar a Europa provenientes de África; en China vivió rodeada de aquellos que apelaban a lo que fuera en aras de huir del régimen.
En medio se hallaban ellos, exiliados laborales privilegiados que no pertenecían a los extremos de la desesperación pero que igualmente desgarrados ante este nuevo modelo de mundo obligadamente migratorio.