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El ladrón del tiempo
Sánchez Motzo Ana María
ISBN: 978-9870290957
EDITORIAL DUNKEN
COLOFÓN: 2016-07-20
88 páginas
Narrativa

$4000
u$s40.00
Sinopsis

Decir que un adolescente es rebelde es una repetición inútil, porque adolescencia y rebeldía van en su interior unidas. En esta etapa la niña o el niño está en pleno período de crecimiento: físico, psíquico y espiritual. Ni siquiera ellos saben ni comprenden lo que les pasa. Los adolescentes poco escuchan a sus padres, les parece pasado de moda. Acá prima la psicología y la bondad de los padres, del profesor, celador y si tienen sacerdote con mayor razón, en ellos, por sus estudios, los consejos y la guía serán los mejores. La obediencia y los límites siempre deberán ponerles, no crean que puedan hacer lo que les venga en gana. Límites y rectitud pero con comprensión y amor. Los padres deberán acordarse de que ellos también pasaron por esa etapa, maestros, profesores, celadores, curas, etc. Los adolescentes, como todos, preferimos estar a la par de personas amables, comprensibles, de buen carácter, trato y sentirnos queridos. Vigilen de cerca el trato de sus hijos: sean sus amigos, denles correcciones pero también amor, comprensión, no les quiten su autoestima, ayúdenlos. Demuéstrenles alegría, salgan un día feriado a jugar con ellos o ellas, preparen una hamburgueseada o un plato y una gaseosa, en la casa de algún compañero o compañera, todos colaboren. La persona que los guíe, por ejemplo, preceptor, ayúdelos alegremente, que vean y sientan que los quieren y verá que así le obedecerán mejor. El amor siempre gana, hay que prodigarlos. No se desquiten los mayores por sus problemas. No al maltrato ni al menoscabo, los adolescentes pueden explotar por su ebullición hormonal en las maneras más impensadas, a veces no pueden controlar sus emociones y llegar a suicidarse. No olviden, mis queridos padres, que nuestros hijos son la continuación de nuestras vidas. Si esto pasa, nos destruyen, y a nuestras familias. Sepan los adolescentes que el suicidio no acaba con sus problemas, la vida continúa después de la muerte, muere el cuerpo solamente, queda sufriendo el espíritu hasta el día señalado por Dios. Cuando les vengan deseos de morir, pidan auxilio al papá, mamá, maestro, amigo, médico, etc., para que los ayuden. La muerte no es la solución. AMSM





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