Cualquier conductor forma su experiencia en base a sus propias vivencias en la calle o en la ruta, a algunos buenos consejos que azarosamente ha adoptado y aquellos errores a los que ha sobrevivido. Pero algunas situaciones del tránsito no dan segundas oportunidades: no pueden sumarse como experiencias propias, al menos para los protagonistas directos.¿Qué ocurriría si pudiera condensarse la experiencia ajena, de modo de evitar llegar a esa situación para saber de qué se trata?¿Cómo se acrecentaría nuestro propio conocimiento de la realidad vial, si tuviéramos oportunidad de saber lo que no debió hacerse?¿Qué conductas tendríamos al conducir, si de antemano supiéramos cómo evitar el error propio o actuar correctamente ante el error de otro?Los temas tratados en este libro, como respuestas a esas preguntas, no han sido escogidos al azar: han surgido del trabajo de investigación en siniestros, realizados durante los últimos veinte años por el autor, en el campo de su especialidad –la Accidentología Vial–.