Hace ya mucho tiempo, encontré entre las páginas de un libro, las estrofas del epígrafe escritas en un pequeño papel “Quién sabe qué razón/decide las ausencias/qué necesario mal las determina/qué malicioso bien/los lugares vacíos ilumina”.
Desapareció luego el papel de entre las cosas, pero no de mi memoria. Lamentablemente sí se me borró el nombre de la autora. En este poemario subsisten en compensación, muchas de las emociones que a través de los años, lograron despertar esos versos cuya belleza ilumina las ausencias de entonces y las de ahora. Hoy es el día, diré/de las ausencias/celebremos el quiebre de la hoja/caída sobre el agua.