Las novelas de Débora Ayache nos llevan de viaje
a lugares exóticos, a épocas no tan lejanas pero
que se vuelven familiares a medida que
avanzamos en la lectura y llegamos a sentir frío
o degustamos manjares con los protagonistas.
En este caso, acompañamos a Nefer a correr
aventuras tenebrosas, junto a viejos conocidos
y otros sorprendentes personajes que aportan
novedad y color a la trama. Por supuesto, el lector
se encuentra a salvo en virtud del sentido del
humor y el carisma de Nefer aún en las peores circunstancias.
Andrea Ocampo