Desempolvar el “Tridente de Paracelso” no fue una tarea fácil, quizás otros investigadores ya lo hicieron en algún momento, pero fue necesaria la tecnología, cosa que no existía en la edad media.
Lo que pudimos investigar por Internet es que se trataba de un tridente construido en hierro con símbolos grabados en sus puntas. Que era necesario pasar a escasos centímetros del cuerpo físico y que aniquilaba todo tipo de parásito astral adherido al aura.
El obrar del Tridente si se usa en una persona sana, que no tiene ninguna afección, es inocuo, pero si se hace sobre alguien afectado por algún tipo de dolencia, el resultado es sorprendente.
Dijimos que fue necesaria la tecnología para poder fabricar la “Cámara Kirlian” para poder verificar la eficiencia de este dispositivo y también contar con rollos de película fotográfica color para poder complementar la tarea.
En este momento, muy a nuestro pesar, la tecnología  nos juega en contra: están desapareciendo del mercado los rollos Fuji color que usamos en nuestras cámaras, debido al avance de las cámaras digitales, y por ende son escasos los laboratorios donde se pueda hacer el revelado.
A pesar de ello, y habiendo demostrado en este libro la eficacia del uso del Tridente y la comprobación con la fotografía Kirlian, el método funciona, y una vez más decimos que sorprende.
La cámara Kirlian hace visible lo invisible, permitiendo entrar en otra dimensión de la materia; la sustancia sutil, que envuelve a los seres animados e inanimados.
Esperamos que este libro, que resume una investigación de casi 40 años, sea de utilidad para aquellos que sin prejuicios la necesiten.
Los autores