La novela está basada en la ficción del mundo microscópico.
Todo el planeta cae en alerta sanitaria por la invasión del Virus, ante la dificultad y fatalidad de sus miembros, las poblaciones cumplen con una cuarentena obligatoria por seguridad para frenar el contagio y evitar así su propagación.
Kilian es un hombre que cumple con una rutina diaria. En su ambiente laboral, constantemente, interactúa con diferentes personas. Y durante una ocasión, en una situación imprevista, se contagia la enfermedad respiratoria vírica.
Durante el proceso de la enfermedad, Kilian, sigue ejerciendo su profesión sin cumplir con los procedimientos de higiene, seguridad y cuarentena
Por más que siente malestares no da aviso a las autoridades sanitarias; hasta que su salud empeora. Entonces, al sumergirse en una inestable situación física, debido al empeoramiento de los síntomas, acude al hospital. En cuya Institución 
Sanitaria lo internan por gravedad.
Mientras su estado empeora, dentro de su organismo, las células se enfrentan a una batalla ancestral en contra del enemigo invasor.
Las covidianas ingresaron al organismo humano a través del neumocito. Con la llave en su poder, llamada glicoproteína, penetraron en la nucleocápside e inmediatamente tomaron el control del material genético de sus integrantes y otorgaron el permiso de acceso a sus colegas virósicos.
Los besos de las deidades fueron como rayos cósmicos, que los sumergieron en un inquietante universo paralelo, ahí donde el tiempo dejó de existir. Cada llave le daba el permiso de ingreso a una célula humana y le obsequiaba una habilidad diferente de batalla.
Al infectar una célula humana, estos genes, obligaron a la célula anfitriona a sintetizar los nucleótidos y otras biomoléculas del virus para poder llegar a formar nuevos soldados. 
Por cada neumocito infectado cien mil soldados se recrearon.
¿Quién ganará la batalla: Leucocitos vs covidianos?