El tiempo que no pasa
es el tiempo de estar enamorado.
No es el que marca el reloj
o el calendario,
es el que existe desde antes,
el que estuvo siempre.
Es esa fuerza que se instala
en nuestro corazón y lo dirige
hacia aquello que necesita ser amado.
El tiempo que no pasa
es el tiempo que espera que,
después del dolor,
vuelvas a estar enamorado.