Horacio Saúl Amado nació en Río colorado Pcia. De Río Negro el 25 de Setiembre de 1942. Hijo de Delia Eva Amado y de Horacio Astete, lleva el apellido de su madre, porque aun, no estando casada, éste fallece un mes antes del nacimiento de su hijo.
La mamá se desvivió por bien criarlo y darle toda la educación posible, trabajando duramente para este fin. A los diecisiete años se recibe de Profesor Superior de Piano, y un año después es convocado por el director de la escuela primaria N° 46 para dar clases de música. En esa escuela conoce a una maestra venida de Bahía Blanca, Isabel Inchassendague, la que luego fue su esposa y madre de sus tres hijos: Laura, Fernando y Dolores, residentes hoy en Bahía Blanca.
Habiéndose anotado a sus veintiún años para ingresar como empleado en el Banco de la Pcia. De Río Negro, y no contando con una sucursal en Río Colorado, es llamado a cumplir funciones en la sucursal de General Roca. Su novia Isabel pagaba de su sueldo la pensión en la cual vivía, y él debería hacer lo mismo en aquella ciudad, por lo cual y de común acuerdo, deciden casarse e irse a vivir juntos en ese nuevo destino. Entre el asombro general y las lágrimas de su madre, con esa valentía que da la juventud emprenden juntos ese camino que la vida les presenta.
En General Roca, además de trabajar en el banco, se relaciona con una empresa distribuidora de neumáticos, en la cual después de haber sido vendedor, es nombrado gerente en  la sucursal de dicha ciudad.
Quince años después se traslada con su familia a Bahía Blanca, comenzando allí actividades comerciales por cuenta propia. Instala su propio negocio de juguetería y artículos de regalos. La muerte de su esposa, ocasionada por un cáncer, lo decide a volver a su pueblo natal. Y en esos lugares de su niñez, recorriendo sus paisajes, imaginaba cuentos que a él le gustaría escribir. Y nacieron así lugares, situaciones y personajes ficticios, que mezclados con imaginación dieron curso a la iniciación de estos cuentos que hoy se le presentan al lector.
Por aquellos tiempos se encuentra con una antigua amiga de su infancia y juventud, y en poco tiempo nace algo nuevo entre ellos que les permite unir sus soledades. Hoy es su compañera, se llama René Julia Albarracín, y es la autora del prólogo de este libro.