Adrián Chingolani nació en Rafaela, provincia de Santa Fe, y se crió en una granja ubicada en las afueras de la ciudad. Allí aprendió a amar el olor a tierra mojada, a hierba recién cortada, a plantas en flor. Allí descubrió que era posible codearse con las nubes trepado a las alas de un barrilete, y también, cuando el agua dejaba de caer del cielo, que la felicidad podía disfrazarse de un suelo tapizado de lodo.   
La adolescencia lo vinculó con el deporte, al cual dedicó todos sus esfuerzos con hondo fervor.
Pero fue a los veintidós años, estando de rodillas en una iglesia y en medio de una crisis existencial, que un hecho inesperado y sobrenatural marcó su vida para siempre. 
Era un día de semana y la iglesia estaba vacía, completamente vacía. No obstante, una voz que sonó en lo profundo de su mente, le dijo: 
“Adrián, sufrís porque querés ser más de lo que sos”.
Al mirar en derredor, vio que el recinto seguía solitario. Entonces abandonó la iglesia con una pregunta flotando en su mente: si sufro porque quiero ser más de lo que soy… entonces, ¿qué soy?
De ese modo dio inicio un camino de intensa búsqueda espiritual que lo llevó a experimentar circunstancias, externas e internas, que nunca hubiese podido imaginar jamás. Algunas de las enseñanzas que le brindó este maravilloso camino de autodescubrimiento dieron forma a esta novela llamada: “Poder Invisible”.