Llegados a “cierta edad” deseamos testimoniar nuestra vida cumplida según la narrativa personal y la semblanza académica que nos es propia. En ambos aspectos resulta grato y honorable acompañar con estas letras iniciales el opúsculo de mi entrañable amigo y colega Armando Perez De Nucci.Por un lado está nuestra amistad, lo más necesario para la vida como dice Aristóteles, confirmada por tantos años de convivencia familiar entre quienes “bien saben ser amigos”, según se afirma en estas páginas.Por otro lado está la trayectoria intelectual, el protagonismo ejemplar de un representante de la primera generación de bioeticistas en nuestro país.Para quienes hemos cultivado las Humanidades Médicas, la Bioética ha venido a consumar un nuevo paradigma de la Medicina, el paradigma humanístico o bioético respecto al panorama positivista o biológico. El giro del logos al ethos marca entonces la instalación de los valores en las decisiones clínicas y sanitarias.Pérea De Nucci es un compañero de senda en el humanismo médico con quien nos hemos mantenido unidos por la amistad y la labor intelectual a lo largo de toda una vida.Contraponía Unamuno a “los hombres que hablan como libros”, “los libros que hablan como hombres”. La presente publicación pertenece a estos últimos y el lector verá en su autor al hombre que sabe, cree, espera, ama …y piensa. José Alberto Mainetti (de la Sala de Espera a la Sala de la Esperanza)