En “La vereda de enfrente” partimos de la premisa que todos o casi todos en nuestras vidas, describimos situaciones como observadas desde una supuesta “vereda de enfrente”. Habrá situaciones placenteras y de las otras, a las que tendremos presentes, porque no solo quedarán en la memoria, sino que han atravesado el portal de nuestro corazón y se transformaron en recuerdos.En definitiva, la platea que elijamos para relatar algo que ha ocurrido, no modifica el escenario de los hechos y tampoco a los hechos mismos, que aunque se describan desde una supuesta “vereda de enfrente”, todos sabemos que de algún modo, dejaron una impronta en nuestro interior.