Estimado lector: usted se preguntará el porqué del título de la presente obra, La cena… atemporal. Justamente por eso, porque se desarrolla fuera de todo tiempo y lugar. Tanto los participantes, todos nacidos en diferentes momentos y lugares, como el sitio elegido para tan colosal evento. Lo que sí son perennes son los personajes que fueron invitados y los temas tratados: Política; Verdad, Justicia y Moral; Religión; Amor.
Los pasajes y textos volcados en el libro fueron recapitulados de la bibliografía de cada uno de ellos y seleccionados únicamente para el presente escrito aquellos pasajes textuales, dichos por las celebridades que figuran en la obra y que permanecen fieles a sus escritos de origen. He intentado, a efectos de novelar la historia, darle en algunos casos giros idiomáticos que reflejen la idea de un coloquio o charla sobre los ítems desarrollados y en el que cada uno vuelca su opinión. Bajo ningún concepto se cambió el contenido ni el espíritu de lo manifestado por los mismos; solo se antepusieron frases o interjecciones.
Nunca fue la idea hacer un libro sobre filosofía y menos opinar sobre cada uno de los conceptos vertidos por los intervinientes. El motor de esta obra se basó en leer y recopilar las ideas textuales de cada participante, para lo que me aboqué durante bastante tiempo a leer, si no la mayoría de sus obras, al menos la mayor cantidad posible.
Los participantes del épico evento son: René Descartes, Albert Einstein, Sigmund Freud, Nicolás Maquiavelo, Friedrich Nietzsche, Platón y Oscar Wilde.
¿Por qué fueron estos siete los elegidos? ¿Y por qué no?