“EL CÁNCER NO ES UN ENEMIGO SINO UN GRAN MAESTRO QUE DEJA MÚLTIPLES ENSEÑANZAS”
Es el mensaje motivador que Matías Tassara, un joven marplatense que poco antes de emprender el viaje a la eternidad, un 22 de enero de 2019, dejó plasmado en un libro, publicado recientemente por la Editorial Dunken, donde cuenta la historia de su lucha contra el Cáncer, y cuyo fin “es cambiar el punto de vista del paciente, mostrarles que se puede ver al Cáncer como a un maestro y no como a un enemigo ya que las enseñanzas que deja son infinitas. Es un libro motivacional, para mostrarles a todos que si se puede salir adelante, que todo se puede revertir y que tu situación actual no define tu destino final”.
Las alternativas de su propia enfermedad, proveyeron a Maty de la fuerza ciclópea con la cual, como un guerrero, se batió contra el desánimo y el abatimiento, transformando la adversidad en fuerza vital, y su lucha por la vida en un testimonio motivador para demostrar que en aquello que suele plantearse como una fatalidad, se puede hallar la oportunidad de encontrar la propia fuerza interior y la empatía para compartir la antorcha de la esperanza, que ilumine a otros que se encuentran en la misma encrucijada.
Se trata de un testimonio personal y reflexivo sobre cómo la adversidad transformó abruptamente su vida en plena adolescencia, desde el momento en que a los 14 años, tuvo que asumir paulatinamente que padecía leucemia y, a fines de ese año, recibir un trasplante de médula, cuyo donante fue su hermano Jesús.
Con el propósito de alentar a aquellos que como él debían sobreponerse a los reveses de la enfermedad para continuar la brega, en un video grabado en mayo de 2017, Maty les aconsejaba que “cuando te dicen las cosas que ya no podes hacer es cómo que te sentís medio prisionero de la enfermedad y, además, es como que de una forma u otra siempre está ese miedo de tan demonizada que está. Voy a ser directo, uno piensa en cáncer como sinónimo de muerte pero no es así, siempre hay posibilidades de salir adelante, vi muchos casos de gente que salió adelante. En el momento en que se tiene la enfermedad no te imaginás sano, no te imaginás cómo va a ser ese momento en que te cures y vayas a recordar eso, pero se van dando las cosas siempre con fuerza, siempre hacia adelante, y con firmeza porque es una enfermedad que hay que atacarla. Psicológicamente la mejor forma de atacar la enfermedad es ignorarla, hacer de cuenta que no la tenés, o sea borrar psicológicamente la enfermedad. Y lo mejor cuando estás internado es no pensar en nada, hacer de cuenta que estás en un hotel viendo televisión”.
“En el momento en que yo estaba enfermo –memoraba– no sentía que iba a poder, al principio yo decía: “Sí se puede pero es muy difícil, no sé qué va a pasar”. Eso pensaba pero es como que las cosas se van dando, se van dando los pasos porque todos saben que en un tratamiento para el cáncer se va por pasos, se va por bloques, por sesiones de radioterapia, por internaciones momentáneas tipo hospital de día, pero se van superando esas etapas y cada vez se está más cerca de la línea final. Lo que aconsejo más que nada para el tratamiento es ir pasó por paso, no adelantar ningún tipo de paso, porque a esta enfermedad se gana pasó por paso y día a día”.
Tras cada recaída, Maty transformaba flaquezas en remozadas fuerzas para reconstruir paso a paso el proceso que, con avances y retrocesos, lo indujo a resignificar la enfermedad, y así poder emprender “las infinitas enseñanzas” de resiliencia, que la patología le proporcionaba para no doblegarse, y salir con entereza hacia adelante, “paso a paso y día a día”, con la firme convicción de convertir su aprendizaje en un mensaje a fin de ayudar y motivar a personas en situaciones similares.
Informe: Roberto Latino Rodríguez