Esto es mucho más que un libro, es un verdadero encuentro entre el Arte y el Psicodrama, las dos brújulas con las cuales Adriana Piterbarg nos orienta a sumergirnos y sobrevolar frondosas experiencias tecno-estéticas. Páginas coloridas, múltiples relatos, un despliegue artístico que mueve y conmueve, es bordado por la autora en un técnicamente perfecto y bello tapiz.
Acá encontrarán obras famosas, producciones espontáneas y un plus tecnológico que son los videos que sintetizan cada uno de los encuentros. Ventanitas QR que nos conducen, casi mágicamente, a visualizar las producciones del grupo en un movimiento poético y transformador. Movimiento que la directora acompaña para que resignifiquemos el lugar que ocupamos en nuestro propio escenario. Virtualidad entonces es sinónimo de otras posibilidades de estar presentes y en el presente.
Adriana explora las coincidencias, las sugerencias, los significados, la potencialidad de las obras de cada artista y su articulación con el método psicodramático. De manera fluida va creando abordajes, recursos y herramientas que comparte generosamente con quienes busquen enriquecer y ampliar su práctica grupal. La autora nos ofrece una experiencia tecno-estética que por lo rica resulta una suerte de banquete, tomando sus palabras:
El Arte está servido, el Psicodrama está en su punto justo. La invitación es adentrarse en este exquisito nido de voces, una danza interactiva y sustanciosa entre el Arte y el Psicodrama.