En el seno de la familia Morandi, considerada por su poder y ascendencia, dueña de los destinos de los habitantes de Buenaventura, un triste acontecimiento rodeado de mentiras, traiciones y amores prohibidos, deja huellas imborrables en la vida de Mariana.
Las verdades se transforman en secretos bien guardados, que la obligan a abandonar el pueblo, para no tener que sentir en carne propia, los efectos de la condena social a la que pretenden someterla.
En su obligado exilio, la acompaña el deseo de reencontrarse con los afectos sinceros, los paisajes y aromas de otros tiempos. 
Decide regresar con la intención de comenzar una nueva vida, pero, un inesperado encuentro, consigue que los fantasmas del pasado vuelvan a atormentarla. 
No volverá a callar… esta vez hará lo que esté a su alcance para revelar el secreto que pudo cambiar el curso de la historia.

…Los días pasaron en los remolinos de aquel verano de angustias y preguntas sin respuestas. Empacó con cuidado sus pertenencias para no olvidar nada. Era la época de los cuadernos forrados de azul con papel araña. Un libro de poemas acompañaba el atuendo. En papeles sueltos y desordenados, los primeros versos surgían como garabatos, los guardaba en su diario con llave y candado. Quería ser guionista de fotonovelas, adueñarse de los personajes y así lograr que amen, odien, se arrepientan de sus ofensas, como si la vida de las personas pudiera dirigirse y apuntarse en un cuaderno.