“El otro” es el compañero de ruta a quien cargamos con nuestras culpas. Al hacerlo, anulamos la posibilidad de mirarnos a nosotros mismos, donde tal vez se halla el eslabón perdido para construir la cadena de valores sociales que nos permita empezar un camino nuevo, con un horizonte más amplio para las próximas generaciones.“El otro” es el resultado de un input a mi conciencia, algo así como el diagnóstico de que “todo anda mal por culpa de alguien o algo que no soy yo”. Sin embargo, me pregunto si no habría otras respuestas. En mí, accionar la palanca de esta duda generó un output desordenado. Comencé entonces una “Investigación Exploratoria”, que sería algo así como “querer saber si hay algo que no sé que no sabía”. Esta investigación manifiesta contradicciones filosóficas, traza límites, analiza la evolución del diagnóstico y plantea el riesgo de que se profundice. Como contrapartida, tuve la necesidad de recuperar al ser reflexivo, que duda, y debilitar a quien de entrada tiene menos barreras, pero tal vez -sólo tal vez- esté vacío de contenido. Pretendo no sólo desviar la mirada puesta en “el otro” para redirigirla hacia el interior de uno mismo, sino también considerar la posibilidad de que es en “el otro” donde está la oportunidad de cambio, en pos de otros valores.Carlos Mayotti